Como bien sabemos los cisnes son considerados los símbolos vivientes de la gracia y la belleza, son criaturas delicadas que además tienen la característica de formar pareja con un miembro de la especie por el resto de su vida. De hecho, el hecho de que sean tan leales y amorosos es lo que los convierte en peligrosos. A diferencia de otras especies de animales, cuando sus crías u otras criaturas se encuentran amenazadas o son atacadas por un predador más fuerte, los cisnes luchan y no se dan por vencidos. Además, si son provocados, no vacilarán en defenderse a picotazos, sin dejar escapar al agresor. Un dato que afirma la fiereza de estas bellísimas criaturas es que, en Irlanda, es común que un equipo de remo cancele su práctica en caso de hallarse un cisne en el río.
Un hombre murió ahogado luego de ser atacado por un cisne que lo tumbó de su kayak e impidió que nadara hasta la orilla. ¿Cuán peligrosas son estas aves blancas?
Anthony Hensley, de 37 años de edad, trabajaba en una compañía que suministra cisnes para evitar que los gansos ingresen a las propiedades. Él salió en su kayak en un pequeño lago de un complejo residencial en Des Plaines, en las afueras de Chicago, Estados Unidos, donde cuidaba las aves.
Uno de los cisnes arremetió contra el bote y lo hundió, según el alguacil del condado de Cook, Tom Dart, cuyos ayudantes investigaron la muerte. Henley intentó nadar a la orilla, pero algunos testigos les dijeron a los investigadores que el cisne pudo haberlo detenido con vehemencia. "Todavía me estoy rompiendo la cabeza", dice Dart. "De verdad esta es una de esas situaciones que evitan que uno diga 'ahora sí lo he visto todo'".
Defender el territorio
De acuerdo con ornitólogos, la reacción agresiva del cisne es típica de esa especie, el cisne blanco, cuando defiende su nido. Los cisnes machos defienden con ferocidad sus nidos, especialmente durante la temporada de anidación primaveral, entre abril y junio.
"Si uno se acerca a un nido de cisnes en el río, ellos pueden ponerse agresivos, resoplar y aletear, pero el peligro está sobredimensionado y es un mito que ellos puedan romperle una pierna o un brazo a alguien con sus alas. Sin embargo, un cisne grande puede dar un golpetazo. El mejor consejo es permanecer lejos del nido, que con frecuencia de ubica cerca de la ribera, donde los juncos están aplanados y donde se asienta la hembra.
"Los que invadan su territorio -incluyendo aves acuáticas grandes, mamíferos terrestres y personas- pueden ser expulsados con un acercamiento rápido y agresivo, que es acompañado frecuentemente con un resoplido o con una muestra amenazante que consiste en doblar su cuello hacia atrás y levantar a medias sus alas. Los cisnes blancos tienden a usar el poder de sus alas para atacar, más que sus picos".
En este caso de Chicago, asevera, es comprensible que alguien en un río, con su ropa puesta y sus zapatos, no pudiera dominar a un cisne y a la vez nadar a la orilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario