martes, 17 de octubre de 2017

Koala



¡Cuidado! Koalas pueden transmitir enfermedades de transmisión sexual a los humanos.

No necesitas tener una noche de pasión con estos tiernos animales, basta que te orinen para que contraigas la Clamidia.


Pobres Koalas, están desapareciendo. Entre las razones más contundentes está la disminución de su hábitats y la enfermedad sexual, clamidia, que se ha propagado de manera silenciosa y terrible. Esta bacteria  ataca en una primera etapa los genitales y ojos de los koalas, dejándolos ciegos e infértiles, y luego se propaga al resto del cuerpo matándolos lentamente.  Según el representante de WWF en Australia, Martin Taylor,  esta terrible y dolorosa enfermedad se debe al estrés que sufren estos animalitos, cuando ven que el desarrollo humano les está arrebatando los bosques, lo que podría llevarlos a la extinción total para 2050.
Empeorando aún más el panorama, está que esta enfermedad tiene dos tipos: Chlamydia pneumoniae y Chlamydia pecorum, la última puede traspasarse a los humanos. Sí! como leíste. No es necesario que hagas el celebrado “baile del koala”  extremo con ellos, basta que te tientes con su ternura y los abraces, o los recojas, situación que ya viene ocurriendo en Australia en el estado de Queensland, puesto que su enfermedad los hace mucho más vulnerables. Un poco de su orina bastará para contagiarte.
Difícil será explicarle al doctor que nada menos que un koala te ha trasmitido esta ETS, pero en fin. Con respecto a los koalas, ya se está implementando la vacunación de hembras para ayudar a la erradicación de la enfermedad, para así evitar que continúe esta verdadera epidemia.

Como ositos de peluche, siempre subidos a los árboles, con esos ojos que parecen corpúsculos de antracita, los koalas no son tan pacíficos como parecen. Su experiencia al respecto la cuenta el periodista y escritor australiano Kenneth Cook (1929-1987):

No me gustan los koalas. Son unos bichos asquerosos, sus hábitos sociales son vergonzosos: los machos siempre andan propinando palizas a sus semejantes y robándoles las hembras. Tienen mecanismos defensivos repugnantes (te orinan). Su piel está infestada de piojos. Roncan. Su semejanza con adorables ositos de peluche es una engañifa abyecta. Y, además, una vez un koala intentó hacerme daño de una forma horrible. Comentó Cook.

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