A
pesar de su apariencia amigable y su inteligencia, los elefantes son conocidos por atacar sin previo aviso, a veces, matando a
los cuidadores del zoológico. Tienen enormes colmillos y con ellos han
provocado de 300-500 muertes por año, siendo animales muy peligrosos.
En una aldea de Asia, los pobladores
corren desesperadamente para ponerse a salvo en el único lugar seguro: la copa
de un árbol. ¿Qué ser extraordinario puede provocar semejante pánico? Es un elefante
hambriento que se acerca para saquear los cultivos, las casas y los depósitos
de alimentos. Nada ni nadie se interpone en el camino de un elefante hambriento.
Aun así, 300 personas por año mueren asesinadas por elefantes.
http://www.prensalibre.com/internacional/cuatro-elefantes-enfurecidos-matan-a-cinco-personas-en-india |
Los
habitantes, apiñados en lo alto de los árboles, poco pueden hace para evitar
los saqueos, aunque lo intenten. Le arrojan piedras, fuegos artificiales y
cuanto tengan al alcance de sus manos. Sin embargo, algunos elefantes machos cometen estos actos vandálicos hasta 50 veces
al año, llevándose 250 kilogramos de alimentos por vez.
El 80 % de los asesinatos los cometen los machos. El motivo de estas
cifras es una glándula ubicada entre el ojo y la oreja del animal. Es la señal
física y visible, además de olorosa, del aumento de testosterona que 2 o 3
veces al año experimentan los elefantes machos. El animal se torna revoltoso y
agresivo. Peligroso. Los lugareños usan una palabra contundente para describir
ese estado: embriaguez. Los que trabajan con elefantes, saben que deben alejarse
cuando los machos “se embriagan” y llevan consigo 2 afilados colmillos de 2
metros de longitud.
Pocos eventos más aterradores debe haber en
la naturaleza, que ver un elefante enfadado, arremetiendo con sus orejas
erguidas y su cabeza basculando, como negando la situación y despidiendo un
olor rancio, nauseabundo, que se siente a muchos metros de distancia. Ese mismo
olor que los convierte en irresistibles para las enamoradas –en realidad,
excitadas- hembras que consideran ese atributo como una señal inequívoca de que
está frente a un macho sano y viril.
Tal como se muestra en el vídeo, este elefante mató a su entrenador, causando terror por las calles, no cabe duda que ver a un elefante enfurecido frente a tus ojos te hace pensar que hasta ahí llegaste, ya que al ser atacado por uno de estos es difícil sobrevivir.
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