jueves, 19 de octubre de 2017

Lobo


Así como vemos al lobo en la imagen parece ser tan tierno y adorable que querríamos tener como mascota, pero no lo hacemos porque son demasiado peligrosos. 

Los lobos (Canis lupus) son animales realmente asombrosos. Ampliamente recurrente en los mitos de diversas culturas, los lobos pasaron de dioses a los primeros animales en ser domesticados por el ser humano en un largo proceso de más de 10.000 años.
Así, mucho más que parientes cercanos del mejor amigo del Hombre, el perro, el lobo resulta un ser muy familiar y al mismo tiempo extraño, curioso y enigmático.

Los lobos suelen evitar a la gente, PERO, hay varios casos, bien documentados, de lobos salvajes atacando a la gente en América del Norte, y aunque no hubo testigos, una investigación judicial de 2007 determinó que un joven en el norte de Saskatchewan en 2005 murió como consecuencia de un ataque de lobo.
Historias de lobos que matan a la gente persisten en la India, en Rusia y en partes de Asia central. Es un hecho que cuando los animales salvajes se han habituado a la gente, puede perder el miedo a los humanos, especialmente si se alimentan o si los seres humanos se asocian con el suministro de alimentos.

Al igual que cualquier gran depredador, los lobos son perfectamente capaces de matar a la gente. Nadie debe alentar a un lobo o cualquier otro animal salvaje a acercarse, y los excursionistas y campistas deberán tomar todas las precauciones necesarias para evitar accidentes relacionados con la vida silvestre.

Claro que si no vives en determinadas regiones norteñas de Norteamérica, Medio Oriente o Eurasia, no tienes mucho de qué preocuparte, además, los lobos no son de los animales que contraen rabia con mayor frecuencia. No obstante, cuando lo hacen, las cosas se complican bastante. Los lobos pueden contraer rabia al contagiarse de otras especies, como los perros domésticos, los zorros y los mapaches, entre otras. Los lobos se vuelven terribles, frenéticos, veloces, feroces y sumamente violentos cuando tienen rabia. Una vez entran en el dominio de ese fuerte cólera, los lobos registran el mayor número de ataques a humanos, los cuales aún suceden y la mayoría de las veces culmina en una tragedia.

El canibalismo entre los lobos es muy común. Es que existen pocos animales carnívoros y oportunistas tan eficaces como los lobos, que jamás pierden la chance de comer. Es sabido que cuando un miembro de la manada está enfermo, malherido o a punto de morir, es devorado por todo el grupo. Esto tiene mucho que ver con el clima y las implacables regiones en las que habitan. En Alaska, por ejemplo, quienes se encargan de controlar el número y las posibles amenazas que los lobos pueden provocar en parques abiertos al público, saben muy bien que cuando un lobo cae en una trampa se debe quitar de inmediato o el resto de la manada lo comerá. Luego de los combates entre los machos del grupo, igualmente, el ganador se come a su contrincante y en muchos casos, hasta las crías pueden comerse a su propio padre. 

Ni es de extrañarse que si un lobo llega a donde hay un perro doméstico, que obviamente es donde también hay gente, hace que el perro le siga y luego lo terminan emboscando en manada para comerlo. Pero no nos quedamos allí, los lobos también tienen a los seres humanos en el menú. Los expertos suponen que aunque pudo pasar a lo largo de la historia, los lobos comenzaron a comer a los humanos especialmente en la Edad Media. 

Como ya vimos, los lobos son capaces de comer prácticamente cualquier cosa que puedan atrapar. Ahora, a diferencia de muchos otros animales, como los osos o los grandes felinos, los lobos no cuentan con un arma o una herramienta anatómica que les permita quitar la vida de sus víctimas de inmediato. Por el contrario, cazan, atacan y se alimentan en manada, dando numerosos mordiscos con sus filosos y gruesos colmillos, arrancando la carne poco a poco de sus presas. Esto suele conocerse como “muerte por desgaste”. Primero se arrancan los músculos de las patas y los cuartos traseros para que la presa caiga, allí se atacan la zona abdominal, en donde se crea una abertura para desparramar las vísceras y los órganos internos. Entonces el grupo ya puede comenzar a alimentarse de la fresca y agonizante presa, hasta que finalmente perece agotada.




Muy interesante, ¿no? ¿Qué te pareció? ¿Qué otras cosas sabes acerca de los lobos?






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